Día 0, para calentar motores: el cuento del niño que pudo hacerlo, de Eloy Moreno, incluído en el libro “cuentos para entender el mundo” (que creo que me voy a regalar para el día del libro)
Muy en consonancia con una de mis frases favoritas:
Lo hice porque no sabía que era imposible
¿Cuántas cosas dejamos de hacer porque no nos atrevemos, porque pensamos que no vamos a ser capaces? ¿Porque nos han dicho, o insinuado, que eso no es para nosotros? ¿porque nos imaginamos que eso sólo está al alcance de otros, más fuertes, más mayores, más listos, que hayan estudiado en mejores colegios?
¿Y quién o qué ha metido esa idea en nuestra cabeza?
En mis clases – doy clases a alumnos de magisterio de Primaria -, y sobre todo en el laboratorio, lucho con uñas y dientes para que se sacudan de encima esa incapacidad percibida, pero irreal. O quizás a estas alturas real, pero sobrevenida, nada que les venga “de serie”. “Es que yo no sé de ciencias” “Es que yo esto llevo muchos años sin verlo” “Es que a mí esto siempre se me ha dado mal“… Pero sabréis pensar, proponer alguna explicación, digo yo. Después de unas cuantas sesiones algunos se van atreviendo a hablar, y se dan cuenta de que sugieren incluso cosas interesantes. ¡Pero cuánto cuesta!
Definitivamente, no quiero ser yo la que haga creer a mis hijos que no puedan hacerlo. ¡Veamos cómo me puede ayudar este reto!
Turismo (activo) en familia 