Un verano con niños

Llega el verano, acaba la escuela pero nosotros seguimos trabajando. ¡Y pronto un nuevo miembro en la familia! ¿Cómo nos vamos a organizar?

Este año no vamos a necesitar pensar en viajes, alimentación o cómo protegerse del sol, aunque la revista de agosto de Edukame también ofrece consejos y pautas para esto. Pero los juegos que sugieren en esta misma revista pueden resultarnos muy útiles en esos momentos en que notas que el caos y la tensión comienzan a crecer, y es necesario hacer algo – preferieblemente en la calle – antes de que todo salte por los aires…

He aquí algunas ideas:

TIRO AL PARAGUAS:

Material: un paraguas, un par de pelotas pequeñas y algo para marcar el suelo.

El juego es tan sencillo como colocarse detrás de la línea e intentar encestar en el paraguas. Quien acierte más, gana. Para más mayores se pueden añadir requisitos que lo hagan más complicado.

POMPAS DE JABÓN:

El juego que siempre triunfa. ¿Vosotros también os preguntáis por qué el que venden en los puestos hace pompas, y el casero con fairy no? El secreto está en la receta: mezcla en un cubo grande 5 litros de agua, media botella de lavaplatos, 5 cucharadas de azucar y (opcionalmente) 2 tazas de glicerina. Después dale a los niños unos coladores…

CONGELA LOS JUGUETES:

Congela en un recipiente de plástico algunos juguetes (obviamente, que se puedan mojar), y dáselos a los niños para que los saquen como se les ocurra: dejando que se descongelen al sol, sumergiéndolos en agua, con pequeños martillos…

Además de estas ideas, este verano he descubierto que lo más inesperado te puede salvar una mañana. O varias… Para un niño que está descubiréndolo casi todo cualquier cosa es un reto apasionante. El juguete estrella de este verano han sido unas tijeras: al principio de uñas y después escolares. Y algunos papeles viejos de envolver regalos. Eso sí, hemos barrido la casa más veces este mes que en todo el año pasado.

Otro éxito seguro: pídele que te ayude en la cocina. Puede derivar en cualquier cosa, pero es divertidísimo, sobre todo con la ayuda de unos vasitos de silicona, que valen como molde de helados o postres, para emplatar una marienda divertida, para trasvasar agua durante horas…

Moraleja: no hace falta hacer grandes planes. En vacaciones, al menos, dejémonos asombrar.

Los niños pequeños se asombran delante de cualquier realidad, por el mero hecho de que “sea” […]. Los niños se asombran porque no consideran el mundo como algo debido, sino que lo ven como un regalo”. Catherine L’Ecuyer. Manual para un verano con niños. Ed. Edukame. Ago 2014.